Construida en el año 1782, según la lápida de uno de sus muros, es muy probable que sustituyera a la que hubo en el mismo lugar y pertenecía al asentamiento de San Miguel, anejo a San Adrián, dos enclaves dentro de los límites de la actual Villoria de Órbigo. La construcción es estilo neoclásico, con columnas lisas y espacios libres sin decorar. Es de cruz latina con bóveda de cañón. La torre es el resultado de la reconstrucción a la que fue sometida la original por repise del terreno, fuerza de un rayo y peso del nido de la cigüeña. A finales del siglo XX fue derribada y con sus mismos sillares se reconstruyó y se
le colocaron unas nuevas campanas y campanil.
